1973
Hemos vuelto sanos y salvos. Ha acabado la guerra, y en el frente nos han dicho que podemos volver a casa.
Pero ya no hay casa a la que volver. Sólo hay un teléfono sonando y mi madre, sentada a su lado, dice que espera noticias de mi padre. Murió en el 73.
Son las nueve menos diez, y la luna rïela sobre el inmenso negro de la noche. Mañana vuelvo al frente.
La guerra me persigue en sueños, pero me siento aliviado cuando en el frente me dicen que puedo volver a casa.
Aunque ya no haya casa a la que volver.
Aunque sólo me queden fantasmas.
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